Se acabó

Hoy me respeto más,
hoy me cuido más,
hoy me quiero más
y no volveré a ti.

Esta vez no cederé, 
esta vez no lloraré
esta vez no me culparé;
yo no me equivoqué.

No más insultos,
no mas gritos,
no más lamentos;
ya tuve suficiente.

Si hace falta correré,
si lo necesito gritaré,
si avanzas huiré
y me alejaré de ti.

Se acabaron las promesas, 
se disiparon tus disculpas,
se esfumó la esperanza 
de encontrarte amor.

Alguien más me quiso
y me enseñó a querer;
ese alguien me vio
aquello que tu dejaste perder.

Ahora soy nueva
(no cambiaré por ti),
mírame y comprueba
como te alejo de mí.

Ya no soy así.
Ya no soy esa mujer.
Ya aprendí a ser.
Se acabó.

El adiós del deseo

Ayer:
Una milésima, 
un pequeño espasmo,
una bocanada;
adrenalina
y caer.

Fuiste...
aquello que no esperaba,
el remolino que buscaba, 
el fuego del amanecer;
una pincelada de luz
en la noche.

Tiempo pasado:
un recuerdo,
una sonrisa, 
anécdotas,
una ilusión
y dolor.

Estrella fugaz...
apareciste a mi vista,
marcaste el camino
y también la huida:
luz y noche sagaz.

Un segundo,
un suspiro,
un beso.
Un barullo,
el viento
y ya no estás.

Vacío:
un sueño no concluido,
una noche de anhelo.
Fuiste solo eso
y nada más:
el adiós del deseo.

No estás

Te miro pero estás ausente

Eres el viento que sopla

Pero no roza

Ni mi piel ni mi mente.

Te hablo pero no estás aquí

Aunque siempre asientes

Pero eres el mar

Que viene y se va.

Te toco y me tocas

Y tus manos queman

Pero no me miras

Cuando me besas

Eres como el fuego

Presente pero engañoso.

A la distancia te busco

Y no sé dónde comenzar

Me pregunto si entre tanto barullo

Que produce tu silencio

Te lograré encontrar.

Porque eres la gran ciudad

Ostentosa, ruidosa y atractiva

Pero distante y fría al pasar.

Porque recorrerte genera angustia

La del que perteneció y ya no más

La del que vuelve a un lugar conocido

Y no lo encuentra en el mirar.

Es que eres como el invierno

Me abrazas pero no eres igual al anterior

A ti mismo en otra época

Segura, una etapa mejor

En la que yo estuve

Pero a la que no me dejas volver.

Dime que no

Dime que no
Libérame de tu mirada
Que me tiene hechizada
Y mora en mis sueños.

Dime que no
Emancípame de tu boca
Que día a día me provoca
Y radica en mis deseos.

Dime que no
Absuélveme de tu tacto
Que firmó el inherente pacto
Y reside en mis anhelos.

Pero no lo hagas
No cortes la esperanza
No vacíes mis palabras,
Regálate mis versos,
Déjate enamorar.

Dime que sí
Abramos las alas
Ven a por mí
Volemos al alborada.

Dime que sí
Cambia tu destino
Hazlo por ti
... y por mí.

Dime que sí
Y atrévete a sentir
Con locura, con fervor
Con dulzura, con amor.

Quédate

Tortúrame
Pero no te vayas
Hiéreme
Pero no me mientas.

No digas que no lo sientes
Ese magnetismo nuestro
Lo sabes muy bien
Tú y yo somos más que eso.

Desgárrame
Pero no te alejes
Desángrame
Pero no voltees.

Dime directamente
Lo que tus ojos esconden
Se un poco más valiente
Y arriésgate por mí.

Q quédate ahí
Viéndome entre las sombras
Sólo depende de ti.

Atrévete
Y quema mis labios
Enfréntame
Y fundamos nuestras manos
Decídete
Y déjate llevar.

Tortúrame
Hiéreme
Desgárrame
Desángrame
Pero quédate a mi lado.

Una fracción de segundo

Cuantas veces te vi
Enfrascado en tu mundo
Entre escuadras y números
Pasando de mí.

Cuantas veces pedí
Que voltees a mirarme
Aunque fuera un instante
Y te fijes en mí.

Mientras yo aquí
Entre notas y cuadernos
Imaginando un mundo de versos
Sólo para ti
Sin siquiera conocerte.

Pinto castillos de naipes
Construyó fortalezas en flor
Mírame y hazlo posible
Tócame y bésame
Hazme vivir, por favor.

Una fracción de segundo
Que dure toda una vida
Una vida en ayuno
Esperando tu mirada.

Cuantas veces soñé
Cambiar mi destino
Cruel y frívolo martirio
Que detiene mi fe.

Pero si hoy me miras
Si giras hacia mí
Y nuestras miradas
Se cruzan, atento
Al despertar.

Porque te mostraré
Aquello escondido
Luz y oscuridad
Santo y prohibido
Todo lo que no hemos vivido
Y que tengo guardado
Para ti.

Por favor, mírame
Por favor, tócame
Por favor, bésame.

Una fracción de segundo
Que valga este ahogo
Y que me de un respiro
Que dure la vida entera.

Ahora, yo

Me gustan los mariachis, imagino cuando tenga 20 años de casada que mi esposo hará una fiesta y ellos entrarán cantando. Me gustan los ramos de flores, rojas o violetas y por cualquier ocasión.

Soy floja, quiero que él me conquiste cada día, mi autoestima lo necesita, si él está ahí, yo sacaré lo mejor de mí y seré todo lo que espera... y más.

Me gustan las palabras, cuando son bonitas y románticas, cuando me hacen sentir segura y reafirman mi yo. Porque dejo de ser yo para ser un nosotros, dejo de importar sólo yo, dejo de verme como centro.

Me gustan las caricias y los besos, que me hable al cuello y se ría en mi oreja.
Me gusta la sinceridad y que me exija decir la verdad que me cuesta tanto a veces, porque tengo miedo que me deje de querer, siempre fui así...

No es difícil que me encariñe, lo complicado que es olvide, que supere, que entierre, aunque me haga la dura y la fuerte. Siempre he sido así... y si recién me atrevo mostrarlo es porque duele, ocultar y sobrellevar, pesa la carga.

Así que ahora, después de todo lo que viví y todo lo que perdí, dejo constancia de lo que aprendí, con cada año, con cada duelo, con cada daño... Esta soy yo y lo que significo, con lo compleja y exigente, lo idealista y soñadora, insegura pero está vez decidida, porque ya no quiero más perder, también cansa al corazón tanto doler.